Saludos, mortales.

Hola, mis mortíferos lectores. Os agradezco desde las profundidades del alma vuestra presencia. Me deleita que vuestro apoyo. Pero me saciaría aún más que me comentarais como veis el blog, su contenido, y si veis algo poco agraciado. Con vuestra ayuda podré mejorar mi escritura y demás.
Gracias mortales.
Atentamente, Morte Van Risa.

lunes, 9 de mayo de 2011

Segundos, minutos, horas...

Impaciente por la llegada de su sobrino, decide ir a comprar dulces y flores para la tarde. Un beso, un abrazo, una caricia, un pensamiento. Todo difiere al cabo del día.
Porqué preguntarse el porqué, cuando puedes vivir el dónde y el cuándo.
No hay importancia en con quién se está, sino si tú estas.
La tarea de vivir es dura, pero sin ti, no hay tarea. Pensar que eres idiota, es de necios. Más vale que idees un plan para escapar.
Estúpida mente mía, no me deja pensar con claridad. Es más, alguna vez, me pregunto, si lo habré echo.
Por muchos cuadernos que rellene, nunca será suficiente. No paro de escribir lo que pienso. Deja salir a la bestia, al demente, al ser de mi interior; quiero hacerlo, pero por el modo que elija, siempre pasa lo mismo; no tengo palabras para hacerlo.
Fría y marchita es la caída, mientras el suspiro le sigue con anhelo al tiempo, y a las horas.
Nunca es suficiente. Pienso, en cuanto cae en el lecho y se desvanece.
Los copos de nieve son como las estrellas: no se sabe cuándo caerán, cuánto tiempo estarán ahí, cuándo se desvanecerán. En qué momento he llegado hasta aquí. Es como el que escucha por primera vez un piano, un violín, una orquesta, una musica tan celestial, que le hace dudar, preguntarse, de dónde viene. Porqué la ha escuchado.
Cada momento, cada instante de mi vida que he vivido, ha sido...como el latir de un corazón nacido, vivo, ansioso por ver mundo, sentir y experimentar, sensaciones que jamas habría imaginado.
Mi corazón dejó de latir hace mucho. Mis sentimientos ya no palpitan. Mi ser ya no existe.
La luz se apaga. El viento sopla, y el invierno, no ha hecho nada más que empezar.
A veces, sólo a veces.
La mirada o lo mirado, hace que te quedes quieto. Inerte, parece. Miras algo, y este algo, se convierte en recuerdo. Un objeto, una persona, un hecho, un pensamiento, algo que te hace inmóvil. Instante el que pierdes el sentido; ni distingues si hace frío o calor. Todo a tu alrededor, en aquél momento, se vuelve lento. Los segundos, minutos, parecen horas. Ves cómo todo va más despacio. Sientes como la brisa acaricia tu piel. Comienza a llover. Gotas húmedas se deslizan por las mejillas. Ese momento, se convierte en un día largo y eterno. Como en una película. Nunca sabes qué ocurrirá después. Aunque sabes que no volverás a vivir un instante como aquél, hasta mañana.
La rutina es lo que tiene o ¿es un sueño que se repite?...

miércoles, 21 de julio de 2010

¿Qué escondes?

Porque el tormento no lo es todo,
sino la ausencia del suspiro.
La falta de aire devido al olvido
no encuentra sustento en el llanto,
sino en la muerte de tu amado.
Incienso mortuario esparcimos al renacer,
mientras, el alarido de tus gritos
me deja sin sentido, ya perdido.
Pálido lagrimal que esconde el rocío,
que cae por la fina verde hoja
de la mañana, y noche finalizada.
Dinos donde tu ayer se esconde
para volver atrás, y decirte al susurrar:
besame, labios enrojecidos por la sangre
ya antes derramada, sin compasión,
pero sí con destrucción.

miércoles, 7 de julio de 2010

Gabriel


Me muero por subir al altar,
alabr a nuestro padre,
cuyo alma yace junto a Lucifer,
y gritar al alba:
"Abre los cielos, comienza la guerra"...

miércoles, 16 de junio de 2010

14 de Junio de 1979.

Hoy empieza un nuevo día, como tantos otros.
Sara, Jóse y yo hemos ido al lago para celebrar mi doce cumpleaños. Hemos estado dando vueltas, jugando, haciendo alguna que otra trastada...vamos, lo de siempre. Después nos bañamos juntos. El agua estaba buenísima. ¡Incluso había peces y todo!

Al medio día salimos, y, e la sombra, nos pusimos a comer.Todo estaba tan en calma... me sentía bien. El silencio. No se oía nada más que la brisa del viento, y las hojas de los árboles balancearse.

Minutos más tarde, Jóse se quedó dormido. Y en ese momento, Sara y yo nos pusimos a hablar de cosas de chicas. La verdad es que... llegó un momento en el que tuve la sensación de que el tiempo se detenía. Estaba tan hermosa bajo los reflejos del sol. Ojalá la hubierais visto. Cuando estoy con ella me siento viva. Es dulce, guapa, simpática, divertida, atractiva...

Ardía en deseos de poseerla.

Ella detuvo su habla, ya que se había dado cuenta de que la miraba de una forma extraña. Pero, aún así, no dijo nada. Solo se quedó, mirándome. En absoluto silencio.
No sé cómo ni por qué, mi cuerpo empezó a inclinarse, acercándose a ella.

Pasaron segundos, y ay sentía su aliento junto al mío. Sus labios carnosos, al fin, rozaron los mios. Fue un momento húmedo, sensual, hermoso...Jamás había sentido algo así.

Pero cometí un error.
Jóse despertó de su supuesto profundo sueño, y nos vio.
Quedó paralizado y a la vez asqueado. Ambas nos separamos rápidamente y nos levantamos al unísono.
El rostro de Jóse cambió de un modo drástico, con signos de repulsión que saltaban a la vista. Sara y yo nos asustamos mucho, ya que nos amenazó con difundirlo por todo el pueblo.

En ese momento me sentí de lo más hundida de lo que me había sentido jamás.
Notaba como mi corazón latía más y más fuerte, y mi sangre brotaba por mis venas sin ninguna pausa.

Segundos más tarde, me di cuenta, de que aquel chico no se le movía el pecho como a cualquier otro ser humano. De hecho, no hacía movimiento alguno. Nunca había visto brotar tanta sustancia de color cereza en tan poco tiempo. Aquello me resultó extraño, ya que se supone que debería temblarme todo el cuerpo, incluso tener escalofríos por lo que había ocurrido. Producido.
En vez de eso, me sentía normal.

Cuando miré a Sara, pude contemplar su rostro perplejo, el cuál se convirtió en nieve, y sus ojos en piedras húmedas, como si acabara de llover. No paraba de mirar a Jóse.
Nunca me habían hecho tanto daño. Lo único que dijo después de haber evitado que nos delatara, fue... "solo había sido un beso... un beso insignificante"... Justo en el momento de oír tales palabras, mi corazón a la vez que mi alma, se destruyó por completo.

Tras unos segundos de dolor, sentí algo difícil de describir que me atravesaba el pecho y me impulsaba sin sentido alguno a acercarme a ella y abrirle su dulce, preciado y estúpido corazón, y plantarle una gran y grata sonrisa de la que jamás podría deshacerse.

Duda y encrucujada.

No desesperes,
el momento ha llegado,
el ruido se ha calmado,
y tu hermano a tu lado
llora atormentado.

El silencio te ha rodeado,
el sentido pierdes,
el silencio te rodea,
anochece un poco más.

Te miro a los ojos
y me ignoras.
Te muestras vigoroso,
me pregunto
porqué no me miras.

Humedad en mis ojos
tristeza en mi corazón.
Un día tormentoso
y un beso guardado en el cajón.
No existe el amor,
solo el dolor.

Mis venas ya no aguantan
y el tiempo se me acaba.
No temas.
Me volverás a ver,
en tus pesadillas yo estaré.

El placer de las desgraciadas.


Bello día me levantaba
y en un nuevo mundo despertaba.
Amigos, venid a mí.
Os enseñaré todo lo que hay;
chicas guapas, sexys, en busca de tíos a mil,
forradas del verde papel
que yo les dí.

martes, 15 de junio de 2010

Un día cualquiera en la mente de un cualquiera.

Son las 16:10 de la tarde. Escucho "The beautiful people". Me duele muchísimo la cabeza. A veces pienso que un día de estos se me va a ir la cabeza. En serio. Ojalá tuviera una mente en blanco. Ya no solo es cuando me enfado, pero me encantaría tirarlo todo al suelo, romper cosas, pintar las paredes, hacer locuras, hacer el loco... tener problemas.
Estoy hablando con un antiguo compañero de colegio por el Tuenti. No creo, es más, es imposible que pueda imaginar lo que estoy pensando mientras hablo con él. No se puede ni siquiera hacer una idea de cómo he cambiado. Yo creo que para mejor, pero él pensaría lo contrario. Ya no soy el niño bueno de antes. Ni mucho menos. El que llevaba lindos trajes al colegio. Soy el mismo demonio en persona. Podría matar si me lo propusiera. Tengo una mente muy imaginativa y ... oscura...